martes, 23 de febrero de 2010

Texto muuuuy largo, jaja

Era de noche, una noche iluminada únicamente por el resplandor de la luna, y sobre una colina situada al norte de Alemania se divisaban varias filas de hombres armados, unos con espadas, otros con hachas, los más alejados con arcos. Sobre una montaña, no muy lejana al lugar donde se encontraba el batallón, se divisaban distintas siluetas, que vigilaban atentamente todos los movimientos del batallón y en especial de Edgar, un temido guerrero que siempre enarbolaba un hacha cuyo metal era de un tono rojizo, del cual se decía que estaba formado por la sangre de cientos de hombres, y que era el capitán de dicho batallón.
-Señor, los vigías dicen haber avistado un pequeño batallón formado por no más de 20 hombres y mujeres en lo alto de esa montaña. -Muy bien soldado, puedes marchar, pero antes avisa a los demás de que se preparen para luchar- ordenó Edgar.
-Sí señor, como usted mande.

-Deberíamos empezar a descender de la montaña- advirtió Elena.
-Sí, de todas maneras no creo que ataquen hasta que nos encontremos a pocos metros de ellos, Edgar es demasiado orgulloso como para atacar sabiendo que el enemigo no está preparado- dijo Marth con un tono despectivo.
-Bien, entonces, ¿a qué estamos esperando?- dijo el impaciente James.
-A que Francis termine de rezar- dijo Elena.
-¿Rezar?, tonterías…- masculló James.
En ese momento se escuchó una voz un poco alejada.
-Bien, estoy preparado, podemos irnos- dijo Francis.
-Descendamos pues, avisa al resto de hombres James, creo que ya es hora de que Edgar se dé cuenta del poder de la Rebelión.

-Señor, los hombres divisados has descendido la montaña y se acercan hacia aquí, en total son 16 y algunos de mis hombres dicen que han sido enviados por un grupo rebelde llamado la Rebelión y que pueden ser peligrosos- dijo el soldado un poco inquieto.
-Bueno, eso habrá que verlo, además nosotros somos 30, casi los doblamos, no deberíamos tener problemas si todos están preparados, ¿les diste las órdenes que te dije?
-Sí señor, todos los soldados están en sus puestos.
-Bien, a propósito, ¿alguno de los soldados ha reconocido a algún rebelde?- preguntó Edgar.
-Sí señor, dicen haber reconocido a cuatro de ellos: una mujer llamada Elena, es una conocida guerrera rebelde de esta zona, suele portar un arco y una espada corta; un hombre no muy corpulento llamado Marth, no se sabe mucho de él; otro hombre llamado James, es un ladrón de esta zona; y por último Francis, un monje-guerrero, no se sabe de qué escuela salió pero dicen que no solo utiliza las armas, sino que también la magia…- señaló el soldado.
-Entonces tienen a un mago…, esto complicará las cosas. Únicamente conozco a uno de esos rebeldes, y tal vez lo conozca demasiado, maldito Marth…
Unos segundos más tarde la voz de uno de los soldados vigía gritó:
-¡Comandante, el batallón enemigo se acerca rápidamente, y están situados a menos de 100 metros!
-Muy bien, ¡atacad!
En ese mismo instante, a unos 50 metros los Rebeldes se preparaban para la embestida, y segundos después se producía el primer choque de espadas, seguido por el silbido de flechas en el aire, más choques de espadas y hachas, y por el olor a quemado producido por los hechizos ígneos que lanzaba Francis mientras se defendía con su espada y su bastón.
Pero a unos metros de donde se producía el enfrentamiento Marth y Edgar discutían sus diferencias.
-Volvemos a encontrarnos- anunció Edgar.
-Bueno, siempre nos queda la opción de no volvernos a encontrar nunca más…- dijo Marth, mientras se ponía en posición de ataque.
-Lamentarás lo que acabas de decir.
Y mientras a unos metros los dos batallones se batían en armas, Marth y Edgar se enfrentaban en un duelo a muerte. Edgar blandía su hacha como si fuera una pluma, y Marth se dedicaba a esquivar sus golpes buscando el momento justo de asestar un golpe mortal con sus espadas cortas, pero Edgar no era un simple soldado y cuando Marth realizaba una finta peligrosa, este ya estaba preparado para interponer su hacha entre las espadas y su cuerpo.
En ese momento, una gran bola de fuego caía sobre los últimos 5 guerreros acorralados por los Rebeldes, lo que daba por zanjado el enfrentamiento entre los dos batallones y que tan solo había causado 3 bajas entre las filas rebeldes.
-¿Alguno de nosotros está herido?- preguntó Francis.
-¡Aquí!- gritó Elena alarmada.
Francis corrió al lugar donde Elena se encontraba, y pronto se dio cuenta de porqué Elena estaba tan alarmada: James estaba tendido en el suelo con una fea herida en el hombro izquierdo y perdía mucha sangre.
-No te alarmes, creo que podré mantenerlo con vida hasta que lleguemos al poblado más cercano- dijo Francis mientras extraía un libro de una bolsa atada a su espalda.
James reprimía gritos de dolor, cuando Francis situando sus manos sobre la herida y recitando unas palabras escritas en el libro hizo que la herida se cerrara casi por completo. Ayudado por Francis, James se levantó del suelo, y junto a Elena y al resto de los rebeldes presenciaron el duelo entre Marth y Edgar.
-Esto parece que nunca va a terminar- murmuró Elena.
-Eso no me preocupa, lo que me preocupa es no saber cómo va a terminar- dijo Francis.
-Yo, confío en Marth- pronunció James con dificultad.
En ese instante, Edgar sustrajo una segunda hacha de su cinto y sin cesar de atacar propinó un hachazo simultáneamente con sus dos armas, que Marth esquivó por los pelos, momento que este aprovechó para dar un salto hacia su enemigo y clavarle una de sus espadas en el cuello con una velocidad que solo un asesino como Marth poseía. Sus amigos, sorprendidos por la destreza de su compañero acudieron a su encuentro, y mientras este recibía una ovación de sus amigos, este se limitó a decir.
-Descansaremos un par de horas al pié de la montaña, y partiremos…, esta guerra acaba de comenzar.

7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. PERO DE QUÉ CONOCE EDGAR A MARTH! NECESITO LA SEGUNDA PARTE!! AAAAAAHHHHHHHHH

    Y bueno, aunque sí es un poco largo, es muy fluido y yo lo he leído con mucha ilusión ^^

    ResponderEliminar
  3. Me encanta, tanto o más como me encanto la primera vez que lo lei.
    Aun que tu digas que es largo,para mi que esta per-fecto.:)

    ResponderEliminar
  4. Por cierto, puedo preguntarte algo?
    estas sordidas aventuras que viven tus personajes, no seran libradas en es batalla a la que llaman vida,no?,por que no sé,pero hay muchos aspectos de ellos que me recuerdan a algunos de vosotros.

    ResponderEliminar
  5. Pues si te digo la verdad no estan orientadas siguiendo ningun patron, xD a quien te recuerdan?

    ResponderEliminar
  6. Pues a tu vida y a los personajes que la componen.
    Aun que a mi no me menciones
    huuuuuuum!¬¬

    ResponderEliminar
  7. Ay!Alvaro me encanta!!!!=) es super interesante!! Para cuando la segunda parte????
    Y es cero largo!

    ResponderEliminar